El Monitoreo de Salud Estructural (SHM, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo desarrollar sistemas automatizados para el monitoreo continuo, inspección y detección de daños en estructuras con la mínima participación de mano de obra. El primer paso para establecer un sistema SHM es incorporar un nivel de capacidad de detección estructural que sea confiable y posea una estabilidad a largo plazo. Las tecnologías de detección inteligente, que incluyen la aplicación de sensores de fibra óptica, sensores piezoeléctricos, sensores magnetoestrictivos y compuestos reforzados con fibra autorreparables, poseen capacidades muy importantes para monitorear diversos parámetros físicos o químicos relacionados con la salud y, por lo tanto, la vida útil duradera de las estructuras. En particular, los sensores piezoeléctricos y los sensores magnetoestrictivos pueden servir como sensores y actuadores, lo que convierte al SHM en un sistema de monitoreo activo. Por lo